El equipo
invencible, al que todos ya veían como campeón de la Liga (hay mucho loco
suelto que se hace llamar periodista deportivo), volvió a tropezarse una vez más con el equipo que tanto daño
consiguió hacerle en el pasado, el Valencia.
Un Valencia,
que tras la desigual marcha de la temporada y la más que justificada dimisión
de Nuno, daba la impresión de que se iba
a convertir en una víctima más del calificado como “el mejor tridente del mundo”.
Pero no lo hizo.
¿Por qué no
sucumbió el Valencia al líder de la Liga? Porque hizo un gran partido, tanto
ofensiva como defensivamente, en el que pudo conseguir mucho más que el empate
que mostraba el marcador al final del encuentro. Un partido en el que Barça se
volcó tan excesivamente en el ataque, que Claudio Bravo se quedaba en una
posición bastante comprometida, cada vez que el Valencia salía rápido al
ataque.
¿Estamos ante el bajón de forma del Barça?
Aunque los
findeciclorofilos ya hayan comenzado a difundir un año más su cansino discurso,
nosotros no creemos que el Barça esté comenzando a perder la chispa. Lo que si
pensamos que puede estar pasando, es que la atención de los jugadores y el
cuerpo técnico (a pesar de que se empeñen en decir lo contrario) se esté
desviando hacia el Mundial de Clubs
de Japón.
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